Divagaciones de un Izquierdista de Clase Media.

Hoy se cumple exactamente un mes desde las elecciones. Aún no se puede decir que tengamos presidente. El Tribunal Federal Electoral tiene a sus puertas las manifestaciones de ambos partidos. Por un lado AMLO tiene un millón de manifestantes creando caos por la Ciudad de México para reflejar su desconcierto. Por otro lado Felipe Calderón tiene a su selecto cuartel de sonrientes "ciudadanos comprometidos con la democracia y la civilidad" (ejem, todo el poder del Consejo Coordinador Empresarial, las Cámaras de Comercio, Las organizaciones de la Bolsa Mexicana de Valores, Los medios de comunicación nacionales, La Iglesia Católica). Independientemente de la aptitud política o civil de cualesquiera de los dos candidatos, lo que me concierne ahora no es quién va a ser el presidente de México ni si es o no competente para el cargo. Lo que me concierne es que durante estas elecciones Felipe Calderón Hinojosa ganó 15,000,284 votos y Andrés Manuel López Obrador 14,756,350 votos. ¿A qué viene esto? A eso procedo. Basta simplemente con navegar por los noticieros matutinos de radio y televisión para darse cuenta que pareciera que Felipe Calderón ganó por 3 millones de votos y no por 300 mil. Los medios, como fuerza reguladora en la democracia, favorecen a un candidato sobre otro por tal o cual razón. Desde mi perspectiva esto se debe a la coalición que llevó a la victoria al candidato diestrista, aún cuando Andrés Manuel López Obrador lideró las encuestas durante la mayor parte del tiempo previo a la elección. Con ello quiero señalar que además de representar a todas esas grandes fuerzas que mencioné al principio del texto, Felipe Calderón tiene de su lado a las clases media alta y media baja, quienes también temen a la amenaza que representan las políticas de López Obrador, que además son los que más expresan sus intereses dentro de los medios, a la vez que son estos mismos medios que influencian profundamente a las clases bajas, que a falta de educación siguen con considerable ceguera los modelos que les son presentados por los medios informativos. Sin embargo, aún queda sedimentada una pregunta al fondo de este análisis. Desde que terminaron las elecciones, los medios han reducido considerablemente su atención a las acciones de Andrés Manuel López Obrador, quién no debemos olvidar que representa una fuerza de al menos igual magnitud a la de Felipe Calderón. ¿Significa esto que los otros quince millones de votos no son importantes para la construcción del país en un futuro?
Hace poco fui a casa de un amigo a cenar. Antes de eso nos sentamos a platicar los amigos en la sala, y entre tanto llegó la hermanita de diez años de nuestro anfitrión, quién al principio pareció callada. Más tarde irrumpió con una pregunta para mí. "¿Por quién votaste?". "Por Patricia Mercado," respondí. Seguidamente, ella me respondió con un manotazo en el hombro y me dijo "¿Por qué votaste por esa? Tienes que votar por el PAN. ¡Yo voy a votar por el PAN!" A esto yo repliqué con curiosidad: "¿Y por qué por el PAN?," "Porque es el mejor y mis papás votaron por el PAN, además el otro está bien menso."
Unas semanas después fui de viaje con una amiga y su familia a Guanajuato. Entre las conversaciones surgió la pregunta de un tío acerca de qué es la Trova, a lo que respondí que era un movimiento musical romántico y político que nació a raíz de la Revolución Cubana. Inmediatamente su reacción fue preguntarme si había votado por el PRD. No me sorprendió más tarde en su casa encontrarme con folletines de historietas publicadas por el Consejo Coordinador Empresarial que "no favorecen a ningún candidato o partido político," me sorprendió aún menos al leerlas que los personajes dijeran que debíamos votar por un candidato con todas y cada una de las ennumeradas propuestas de Felipe Calderón.
Así es, la mayoría de mis amigos (como buenos hijos de clase media) votaron por Felipe Calderón. El otro detalle es que a su vez ellos votaron por quien votaron sus padres. ¿Podría decirse que es esta la prueba de que México es una democracia madura? Lo digo porque no me parece que la decisión de votar por Felipe Calderón haya estado del todo bien informada entre la mayoría de las personas. Estamos viendo un México con medios que Satanizan a diestra y siniestra (¿izquierda?) a los candidatos que no les favorecen. Si cada domingo Calderón (el cartonista, no el candidato) saca nuevos dibujitos ridiculizando a AMLO y a sus seguidores, si los pocos programas "intelectuales" de México se empeñan en golpear más y más a la figura del candidato perredista, sin admitirle juicio serio alguno a él, a sus propuestas, a su partido o siquiera a la izquierda, si los noticieros se enfocan en un candidato hablando con hombres trajeados tras de él y sólo mostrando el caos de los seguidores del otro sin mostrar al mismo, si montones de profetas autoproclamados van por ahí anunciando el cataclismo pre-apocalíptico que desencadenará la ira de Dios sobre la nación si el Trife Favorece a López Obrador, ¿Cómo puede hablarse de verdadera democracia en México?
Yo ya lo dije, no voté, ni votaría, por Andrés Manuel López Obrador. Sin embargo, creo que muy pocos le han dado la licencia de ser juzgado imparcialmente, sin la influencia de sus amigos, los medios, ni de los Mercedes-Benz llenos de "Juniors" llevando la botarga-animé de Calderón por las calles. Tengamos cuidado en cómo ejercemos nuestro pensamiento político, no creo que a nadie le guste ser juzgado basado en lo que dicen de ti y no en lo que dices.